viernes, 25 de febrero de 2011

Las Tres Marías

El pasado domingo nos dirigimos a la localidad madrileña de Pelayos de la Presa para realizar una de los recorridos “mountainbike” más interesantes y clásicos que puedas encontrar en la Comunidad de Madrid.

La denominad ruta de las “Tres Marías” se desarrolla por los impresionantes bosques de pinos piñoneros que encontrarás en el entorno del Alberche y el embalse de San Juan. El recorrido se completa con el tramo de vía verde del antiguo ferrocarril del Tiétar que nos ofrece su suave y bonito paseo por Picadas.

Siempre que vuelvo a esta zona, me inunda el recuerdo de cientos y cientos de aventuras vividas por esto parajes hace ya muchos años. Muchos fueron los fines de semanas y meses de verano los que pasé en un camping cercano a Pelayos donde la afición principal era recorrer los caminos hasta San Martín de Valdeiglesias, perderse en los pinares de Valdenoche o bajar al pantano San Juan en bicicleta con mis amigos de entoces. Chavalines con entonces 10 o 12 años que disfrutábamos de una liberta hoy imposible. Me gusta pensar, que esos amigos de niñez, ahora de adultos contínua con la misma afición que entonces.

Con la ilusión de reencontrarme con el pasado, comenzamos el recorrido desde la gasolinera que encuentras nada más pasar la primera rotonda antes de entrar en la localidad de Pelayos de la Presa.


Buscamos el trazado del antiguo ferrocarril que nos lleve directos hasta la población de San Martín de Valdeiglesias, primero pasando por las ruinas del Monasterio Cisterciense Santa María La Real de Valdeiglesias y luego atravesando las urbanizaciónes situadas en la parte alta de Pelayos.

Este ferrocarril del Tietar, que nunca llegó a terminarse, comenzó su construcción en los años veinte del siglo pasado, quedando definitivamente abandonado al finalizar la Guerra Civil. Se concibió como prolongación del tramo de tren de vía estrecha que unía Madrid con Almorox con origen en la localidad de Villamanta, pasando luego por Aldea del Fresno y siguiendo paralelo al curso del río Alberche hasta San Martín de Valdeiglesias.

Hoy en día, este recorrido se encuentra catalogada como Vía Verde del Alberche, sin embargo no dispone de una señalizacion ni mantenimiento específico. Hay que ir con cuidado ya que puedes encontrar problemas de discotinuidad y encortrate con algún vehiculo de motor.


Atravesamos las calles de San Martín de Valdeiglesias, que a esta hora de la mañana se encuentras tranquilas de gente y coches. En esta localidad destacan la Iglesia Parroquial de San Martín de Tours (S.XVII) y Castillo de la Coracera (S.XV) el cual tiene una leyenda negra.


Para salir de San Martín hay que buscar el camino que lleva hasta la Ermita del Cristo de la Sangre. En este punto hay que tener cuidado, ya que hay que cruzar la carretera M-501. Estamos a punto de comenzar el expectáculo de Las Tres Marías.

El nombre de la ruta hace mención a los tres cerros que hay que superar: Canto el Guarro (806m.), Cerro de las Mucas (824 m.) y el Cerro del Pajar del Fraile (712 m.) para completar el recorrido.

El patrón que sigue el recorrido es fácíl y claro. Desde una cota baja hay que remontar hasta alcazar las cotas que marcan los anteriores cerros, subidas unas más fáciles que otras, para después volver a bajar cota a través de tres expectaculares trialeras, muy conocidas entre la comunidad ciclista, que hará las delicias de muchos. No temais no son excesivamente difíciles.


Tomamos el camino se encontramos nada más cruzar la M-501, esta primera ascensión es muy dura, a pesar que la pista está en muy buen estado debido a la graba compactada, el desnivel es fuerte. Si coseguimos girar la cabeza y mirar sobre nuestro pasos, verenos con asombro el desnivel superado. Un giro a izquierdas nos dejará en un camino en mucho peor estado debido a las lluvias y rodadas de la motos de campo que tanto proliferan por esta zona. Esta subida corresponde con la primera de la Marías, la del Canto el Guarro, en apenas 2 kms. subimos 150 metros de desnivel (7,5% de media).

Aprovechar para disfrutar de las vistas que se abren hacia el lado norte donde divisaremos las primeras estrivaciones de la Sierra de Gredos, el cerro de Guisando, San Martín.

Tras superar la primera María, comenzamos el primero de los descensos. No catalogaría esta primera bajada como trialera pura, ya que carece de un tiene un nivel de exigencia técnica, digamos medio, aunque su mayor valor reside en la belleza del sendero por donde discurre, encontrándonos un abundante y cerrada vegetación.


La segunda de las Marías se encuentra en el Cerro de la Mucas, en esta ocasión descartamos subir al cerro de Valdenoches(vereis unas antenas en lo alto) porque vamos cegado por bajar las famosas "zetas". Este tramo es fácil ya que discurre, en su mayor parte, por pista forestal, aunque hay un par de variantes donde hay que tirar de algo de técnica y otro poquito de fuerza. Pero no os asusto, por que no es para tanto.



Según avanzamos hacia la segunda de las Marías tendremos la oportunidad de gozar de unas expectaculares vistas cada vez más amplias sobre la población de Pelayos, las ruinas del monasterio de Valdeiglesias, el embalse San Juan, las graníticas Cabreras y el pico Almenara, inicio de la sierra de Guadarrama.

La subida al Cerro de la Mucas es un tramo corto pero muy duro, debido sobre todo, a la fuerte pendiente y lo blando del terreno. Tras coronar, un breve descenso por pista(o cortafuegos) para llegar al comienzo de las famosas "zetas", las cuales, se encuentran ocultas tras un montón de ramas secas. ¡cuidado con el alambre de pincho!

El mayor atractivo que tienen las "zetas" es su longitud, lo que hace que prolonges la diversión(siempre y cuando te gusten las trialeras). Además el estado del terreno, algo blando, facilitaba el agarre de las ruedas y las roderas no eran muchas. ¡Pipa, lo pasamos!


Una vez abajo no toca remontar de nuevo hacia la tercera de las Marías, en esta ocasión afrontamos la subida por una pista asfaltada que corresponde con una vía pecuaria hasta Cerro del Pajar del Fraile. Una vez en el alto, empezamos a bajar en dirección a las aguas represadas del río Alberche en Picadas. Advertidos de la presencia de unos canes algo "malencarados" en una finca por la que hay que pasar, algunos de los miembros del grupo va algo "acongojados". Afortunadamente, a nuestro paso, los lindos perros anda dando buena cuenta de un cordero y pasan de nosotros. ¡!

Comenzamos la tercera de la trialere. Corta pero, en esta ocasión, el descenso aporta la presencia de numerosas raices y piedras que la hacen algo más técnica que las anteriores. Disfrutona a raudales.

Una vez en el pantano de Picadas, tomamos la Vía Verde del Alberche para regresar hacia Pelayos del Presa. A mi esta ruta me parece corta para una mañana de domingo y hubiera añadido una horita más al recorrido. Volveremos pronto.


Como siempre podeis bajaros la ruta desde Wikiloc.

1 comentario:

  1. Bonita crónica, qué comienzo más sentimental :-), casi lloro, je,je.
    Que pena no haber ido.
    Zafak

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